Guillermo Nugent elabora en estas paginas un alegato en favor de la empatía, de la capacidad de encontrar algunos parecidos básicos entre nosotros y, solamente a partir de ellos, reconocer las diferencias, y siempre de modo jerárquico. Nunca como iguales. Estos ensayos reflexionan – desde los debates parlamentarios sobre el voto «analfabeto» en 1979, hasta el poder simbólico de José María Arguedas – sobre la posibilidad de aceptar que vivimos en una sociedad pluralista, que implica la crítica de algunos modos de comunicación y la invención de formas respetuosas y animadas de la conversación pública. ¿Cómo se reconstruye un país tras convulsivos años de encuentros y desencuentros?, ¿cómo puede entenderse el murmullo de la calle, la vida de todos los días?, ¿cuál es el significado de «papelito manda»?, ¿cómo se imaginan «los lugares más alejados del país»?, ¿la mayor parte de los problemas públicos se debe «al bajo nivel educativo de la población»?. Los capítulos de este libro buscan responder estas preguntas.